LA HORA EN LA BIBLIOTECA
“Quiero cuentos
Historietas y novelas
Pero no las que
Andan a botón
Yo las quiero de la mano
De una abuela
Que me las lea
En camisón”
De “Marcha de
Osías”. María Elena Walsh
Hola chicas y chicos
Seguimos conociendo a la escritora Elsa Bornemann y un cuento que nos traerá
muchos recuerdos…
"¿Qué vas a ser cuando seas
grande?", me pregunta todo el mundo. Y aparte de contestarles:
"Astrónomo" (o" colectivero del espacio"…, porque nunca se
sabe…), tengo ganas de agregar otra verdad: "Cuando sea grande voy a
tratar de no olvidarme de que una vez fui chico. "
Recuerdo que –cuando aún concurría al jardín
de infantes–mi tía Ona me contó un cuento de gigantes. Después me mostró una
lámina en la que aparecían tres y me dijo:
–Los gigantes sólo existen en los libros de
cuentos.
–¡No es cierto! –grité– ¡El mundo está lleno
de gigantes!
¡Para los nenes como yo, todas las personas
mayores son gigantes!
A mi papá le llego hasta las rodillas. Tiene
que alzarme a upa para que yo pueda ver el color de sus ojos… Mi mamá se agacha
para que yo le dé un beso en la mejilla… En un zapato de mi abuelo me caben los
dos pies…
¡Y todavía sobra lugar para los pies de mi
hermanita!
Además, yo vivo en una casa hecha para
gigantes:
si me paro junto a la mesa de la sala, la
tabla me tapa la nariz…
Para sentarme en una silla de la cocina debo
treparme como un mono, y una vez sentado, necesito dos almohadones debajo de la
cola para comer cómodamente.
No puedo encender la luz en ningún cuarto,
porque no alcanzo los interruptores. Ni siquiera puedo tocar el timbre de
entrada. Y por más que me ponga de puntillas, ¡no veo mi cara en el espejo del
baño!
Por eso, ¡cómo me gusta cuando mi papi me
lleva montado sobre sus hombros! ¡Hasta puedo arrancar ramitas de los árboles
con sólo estirar el brazo!
Por eso, ¡cómo me gustaba ir al jardín de
infantes! Allí hay mesas, sillas, armarios, construidos especialmente para los
nenes.
Las mesas son "mesitas"; las sillas
son "sillitas"; los armarios son "armaritos"…
¡Hasta los cubiertos son pequeños y mis manos
pueden manejarlos fácilmente! También hay una casita edificada de acuerdo con
nuestro tamaño. Si me subo a un banco, ¡puedo tocar el techo!
Sí. Ya sé que también yo voy a ser un gigante:
cuando crezca.
¡Pero falta tanto tiempo!
Entre tanto, quiero que las personas mayores
se den cuenta de que hoy soy chico, chiquito, chiquitito.
¡Chico, chiquito, chiquitito, en un mundo tan
grande! De gigantes. Hecho por gigantes. Y para gigantes.
Del libro El niño envuelto. Elsa Bornemann. Ilustrador:
Sebastián Dufour
Editorial: Alfaguara
Para
compartir después del cuento
¿Tenés presente alguna anécdota de cuando
tenías la edad de este niño?
Si querés, podés compartirla en los
comentarios…
Tenemos varios libros de Elsa Bornemann en la Biblioteca Escolar “Wolf
Schcolnik”
Cuando regresemos a clases podés
pedirlos
El cuento estubo buenisimo ..me trajo muchos recuerdo de cuando era chico ..es lindo volver a recordar mi niñez soy juan vega
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